Una familia de cuatro personas, dos de ellos menores de edad, pasean tranquilamente por la calle en la ciudad de Tiflis (Georgia).
Sin motivo aparente, una mujer saca de su bolso un cuchillo y agrede al pequeño de tres años en la cara, provocándole importantes lesiones en mejilla y nariz. La madre reacciona rápidamente y la aleja, por lo que la mujer vuelve a abalanzarse est vez sobre el otro menor al cual no logra alcanzar gracias a la actuación del padre. Todo termina con la agresora alejándose del lugar tranquilamente y con el menor de tres años en el hospital para realizarle una cirugía para subsanar sus lesiones.
Cabe añadir que la agresora fue detenida al día siguiente por las fuerzas policiales.
Fue un ataque totalmente sorpresivo ya que la agresora, en un principio, no dio signos de sospecha.
En un inicio se cruza con la familia y cuando pasa la línea de visión, se torna hacia ellos por la espalda y aprovecha para sacar el arma y agredir al pequeño de tres años. No había tiempo de reacción por la rapidez en si y porque nadie espera un suceso así dada las características físicas de la mujer y el modo de actuación previo.
Asimismo, una calle aparentemente comercial y de flujo activo de personas no parece ser un lugar peligroso al que sea necesario estar alerta para este tipo de situaciones. Es de noche, sí, pero la vía está bastante bien iluminada y tal y como comentábamos anteriormente hay varios transeúntes que pasean tranquilamente por la acera.
Tras el primer ataque la madre queda por unos segundos perpleja y sin poder reaccionar. Es posteriormente cuando se acerca de nuevo para seguir agrediendo al pequeño, cuando utiliza su instinto de defensa que en este caso es un empujón para crear distancia con el peligro.
Después de esta reacción, la agresora intenta acercarse al otro menor el cual es resguardado por su progenitor, quien a la vez realiza la misma respuesta física, embestir a la asaltante para alejarla de su familia.
Las puñaladas pueden causar lesiones externas e internas. El tratamiento depende de muchas variables diferentes, tales como la ubicación anatómica y la gravedad de la lesión.
La piel humana tiene una propiedad algo elástica como defensa propia; cuando el cuerpo humano es apuñalado por un objeto fino como un pequeño cuchillo de cocina, la piel a menudo se cierra firmemente alrededor del objeto y se cierra nuevamente si se retira al objeto filoso, por lo que puede atrapar algo de sangre dentro del cuerpo.
Afortunadamente, todo y las heridas provocadas al primer menor, la atacante decide marcharse y no seguir en su afán de lesionar. Podría haberse dado el caso de que la mujer siguiera en su empeño, provocando el riesgo vital en alguna de las víctimas. Si así hubiera sido, posiblemente un empujón no hubiera sido suficiente para proteger a sus hijos sino que sería necesario otro tipo de maniobras más efectivas para intentar salir menos perjudicado de la situación.
En este caso estaríamos hablando de defensa a terceros, ya que son los hijos quienes han resultado los principales afectados y por su condición de vulnerabilidad no hubieran podido protegerse por ellos mismos. Es importante aprender a defenderse y conocer qué técnicas pueden ayudarnos en estos casos para poder librarnos de un ataque de cuchillo, el cual es de alto peligro para la vida.
Además no olvidemos que la atacante se marcha cuchillo en mano, es decir, sigue armada y representando un peligro; y podría repetirse de nuevo contra nosotros mismos o las demás personas que estuvieran en las cercanías.
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Fuentes:
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